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Mostrando entradas de diciembre, 2015

Cuando habla un docente

La libertad de expresión para un docente es una entraña que segrega chorros de eufemismos. La obligación. La libertad abandona las bocas cuando los profesores entran en los salones. No se les paga para decir la verdad. Vaya a saber para qué se les paga (y cuánto). Por eso, cuando habla un docente más vale no creer en su discurso porque es un discurso sesgado por la censura. Más vale mirar las últimas novedades digitales. Más vale mirar para afuera. Vale más casi cualquier cosa. Lo que habla un docente es una caravana de palabras al pedo. El arte, por su parte, está lleno de sinceridades. Y la ciencia, con licencia, intenta ser lo más fiel a la verdad posible. Un docente puede ser sincero siempre y cuando otro que esté en el programa haya sido sincero acerca de lo mismo. El docente no sabe, si no que sabe lo que se sabe. Porque es mejor que el docente no piense. Que agarre sus materiales y repita. Que los alumnos repitan lo que repite. Y así todos c...