Antes de la hora del TÉ
Y despacito nos vamos sumiendo en la verdad codiciosa del estar sin querer del querer sin estar. Porque de esa manera es como con voces entreveradas que de alguna manera son una voz de nosotros mismos pero no son voces de otros y son voces del yo. El yo que es él. Porque él es Él con mayúscula, como el artículo del Yo. El artículo de cualquier sustantivo cuando es la primera letra, cuando es la primera letra del nombre cuando es el inicio de algo nuevo. El artículo insignificante se convierte en el destacado. El ignorado se transforma en el inicio de algo inesperado... se transforma en el inicio de algo. Como este poema. Y retornando al Yo de la cuarta estrofa hacia arriba, considerando que esta es el 0, continuemos con el Él. A Él lo han llamado de muchas maneras pero Él nunca ha dicho cómo se llama. Por ahí dicen que no se llama con la misma certeza que afirman que ha admitido llamarse de tal o cual manera. Así que Él tiene ...