El malo está al otro lado del espejo

¿Cómo es eso de inventar pavadas para ridiculizar al otro, exagerar sus expresiones, tergiversar sus palabras... darle poco o nada de tiempo para que se exprese y luego pasar a interpretar lo poco que le dejamos expresar con la clara intención de distorsionar lo que dice?

Así operan los dueños de la verdad en pleno 2014.


Pero claro... es año electoral. Estamos cerquita de las elecciones.

Interesa menos lo bueno que tiene el candidato que uno elije, que lo malo que tiene el otro. Lo malo que tiene el otro (desde cierto punto de vista) es lo que es mejor destacar, porque así ganará, en vez de el más bueno, el menos malo...

Se inundan las páginas de las redes sociales con publicidad política desacreditante, noticias donde un menor apuñaló a un ser humano, gritando "sí a la baja", mientras los errores, dimes y diretes de los candidatos a la presidencia se suceden cual carrusel por delante de nuestros ojos.


Al final parece que vivimos en un país de mierda. Con candidatos de mierda, con mentalidad de mierda.

Porque el que no es malo, es peor. El que no se manda una, se manda dos.
Repudio. Es la palabra que enviste al eterno odio, con su rencor, con su ira.

Ahora yo pregunto ¿Qué intentamos construir de esa manera?

¿Qué intentamos que suceda en la mente del otro cuando decimos públicamente esas cosas?
¿Qué intentamos que suceda en el acusado cuando lo acusamos sin justicia?

He ahí, los gérmenes mismos de la violencia. He ahí la violencia en su cara más simple y cotidiana.

El otro no. Este sí.

Yo y mi especie (en ese orden) sí. La especie del otro (al que está claro que pertenece) no.

Positivo - negativo.
Mi mundo conocido y la otredad.
Mi zona segura y el miedo.
El cero es el límite...

 Con ese discurso, con esa lógica, con la misma lógica y el mismo discurso que Hitler dirigió a su pueblo: la mano dura o la antípoda aria, culpables de los males de Europa, educamos niños. Con ese discurso nos movemos en la vida. Con ese discurso andamos como pisando tablitas todo el tiempo.

¿Quién es el malo?
¿Dónde está el asesino?
¿Quién es el culpable?
¿A quién castigamos por esto?
¿Por qué no da la cara?

Porque la cara del culpable, la cara del asesino y la cara del malo están al otro lado del espejo.


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