Desorden
Entiendo que muchas veces mi aparente desorden responde a una nueva oleada de aprendizaje, de cosas nuevas, de maravillas y deslumbramientos.
Esta realidad me ha ofrecido toda clase de sensaciones y emociones. Casi he aprendido a convivir con la diversidad de estímulos, la permanente fluidez. El tiempo pasa y he dejado de verlo como una desgracia o como un castigo.
El aprendizaje consiste en distinguir el mundo exterior del interior. Cuando nos encontramos bajo la influencia de poderes provenientes del mundo, con el tiempo ocultamos que esa influencia existe. Le otorgamos valor de existencia siendo que se trata de un mero constructo.
Tal constructo enteléquico está compuesto por la acumulatoria cultural, el acervo lingüístico y la reinterpretación y reejecución de los resultos prácticos del constructo. No obstante es implícitamente absorbido, aceptado y las más veces, reproducido.
Nuevas experiencias, una observación desprovista de juicio previo y el pasaje por la realidad habilitan la formación de nuevas premisas sobre las cuales construir.
Una premisa optimista tiene, en medida variable, el potencial de convertirse en una nueva experiencia.
¿Es el universo una gran inteligencia responsiva?
¿Son nuestras decisiones las que producen los cambios en la realidad? Si es así ¿Es posible leer el flujo y seguirlo?
En el presente por momentos siento las convergencias, para el caso alentadoras de las acciones y pensamientos realizados en el pasado.
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